Una parábola actual de cómo algo pequeño puede lograr mucho.
Gracias a
Christian Aid por la idea.
Gertrudis había
visto cómo su país, Burundi, se había roto en
pedazos tras años de guerra civil. Ella había visto
cómo sus vecinos eran asesinados y vivía en constante
miedo.
Desesperadamente
pobre, enfrentaba una lucha diaria para sobrevivir. Había
perdido la cuenta de las veces que había mandado a sus hijos a
dormir hambrientos.
Pero a pesar de su
sufrimiento, Gertrudis no se dejó vencer. Ella y sus vecinos
solicitaron ayuda en el Concejo Nacional de Iglesias.
La ayuda vino en una forma sorprendente.
Las mujeres recibieron
un préstamo –no en dinero sino de diez cabras. La
razón pronto se tornó aparente. Las cabras producen leche
y así los hijos de Gertrudis tenían con qué
alimentarse. Su salud mejoró significativamente.
Las cabras
también producen abono, que las mujeres usaron para fertilizar
sus pequeñas parcelas de tierra. Los cultivos crecieron mucho
más fuertes y abundantes. No solamente las familias
tenían más alimentos para consumir sino que les sobraba
para vender. Esto implicó que tuvieran dinero para vestimenta,
medicinas y educación de sus hijos.
Las cabras también producen más cabritas y cabritos.
Las primeras diez
crías se utilizaron para cancelar el préstamo original.
Las mujeres pudieron luego mantener las cabras que habían
recibido inicialmente y continuaron usufructuando los beneficios.
Más importante
aún, no necesitaron más de ayuda. Las cabras de las
mujeres fueron dadas en préstamo a otra asociación
vecinal para ayudar así a más personas. Una
provisión de diez cabras fue “reciclada” y continua
ayudando a personas en situación desesperada.
Esta parábola
actual muestra cómo proyectos de pequeña escala, mes a
mes, pueden ayudar a que ocurran cosas como las Escrituras relatan. Una
cabra solamente cuesta £12.
Las cabras de nuestro Banco para los Pobres y sus dueñas en Uganda
Anexo hoja de información
Cuidado de las
cabras (En inglés)
“Las cabras es el proyecto número uno de Dios en la
zona de guerra de África, el proyecto de las cabras se esta expandiendo como fuego en
viento con muy buenos efectos para las comunidades pobres. Tengo un grupo de 20 huérfanos, a quiénes les
he propuesto la idea, la gente esta muy entusiasmada y lista para aplicar el
proyecto, podemos comenzar con una pequeña inversión en una pequeña fracción de
tierra, con 20 cabras podemos arrancar”
Pastor Jorge Purkweri, Uganda
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