En primer lugar le cuento de la Navidad del Niño Pobre Indigena,
festejada en la
comunidad nativa de Chosica en Rio Santiago - Amazonas, fue una gran
fiesta donde
participo también un joven sacerdote-creyente Jose Luis, el nombre
de Jesus fue
exaltado y glorificado, los nativos no podian creerlo, estaban
viendo atonitos que un
evangelico y un sacerdote se abrazaban efusivamente, reian, comian
juntos, bebian y
esto no era un acto de hipocresia al contrario se sentia el amor
extraordinario de
Cristo Jesus, ambos predicamos el amor de Dios expresado en Jesus,
al pricipio mis
hermanos evangelicos murmuraron por la decision de celebrar la
fiesta junto con los
catolicos, Dios toco su corazon y me permitio hacerles llegar tu
carta que nos
enviaste y nos dabas las indicaciones de la celebracion de la
navidad, fue tremendo
ver a cada evangelico abrazando y dandole la bienvenida a Jose Luis
y su comitiva,
sirviendoles, compartiendoles y amandoles.
No solo esto sucedio, Dios nos honro con su gran milagro de la
multiplicacion de los
panes, observaras en una de las fotos mi cara de asombro esto se
debe a que mis
hermanos me comunicaban que las 350 personas que llegaron ya habian
comido y el cesto
seguia lleno. Gracias Señor por tu Gran Amor.
El 24 de diciembre celebramos la navidad en el Fuerte Teniente
Pinglo, base militar
que tiene a su cargo la proteccion de la frontera con
Ecuador,
alli el Señor se
manifesto poderosamente, fui invitado a celebrar el culto de accion
de gracias en la
noche de navidad por el jefe de la unidad, luego de las palabras del
comandante tome
la palabra y me dirigi a 200 soldados y la coorporacion de oficiales
y subalternos el
amor de Dios derramado en su hijo Juan 3:16, al termino de la
predica hice el llamado
correspondiente y mi corazon se lleno de gozo al ver que todos
unanimes se pusieron
de pie y a una sola voz hicieron la oracion de fe y aceptaron a
Jesus como su unico
Señor y Salvador, la selva se estremecio por el rugido de estos
valientes y en los
cielos habia una gran fiesta.
Gracias por su paciencia y su amor, tambien por sus oraciones y por
la inmensa
provicion que Dios envio atravez suyo. Los amo y le doy gracias a
Dios por permitirme
conocerlos. Los amo mucho, reciban saludos de todos los Santos
indigenas en el Peru,
los niños los aman mucho.
Atentamente,
Rolando |