Nos
escribe Pastor Jorge Purkweri
de DCI Uganda, en Lira, la parte norteña azotada por la guerra.
Dejamos
Lira el 19 de mayo, 2004, y el viaje fue realmente cansador y difícil. Los
caminos son tan malos e inseguros que fuimos escoltados por soldados. Teníamos
mucho miedo pero confiamos nuestra seguridad en el Señor. Arribamos a Arua,
donde el Rev. Tom Kokanyi, de Sudán, nos estaba esperando.
Al día
siguiente, salimos para Sudán, pero como un miembro del Parlamento,
representante de Arua, había fallecido en un accidente automovilístico, no
pudimos traspasar la frontera y tuvimos que pernoctar en Koboko, a 12 millas de
Sudán. Al día siguiente, cruzamos Sudán a lo largo de un camino en malas
condiciones y peligroso, y luego nos encontramos con que muchas personas habían
estado esperando mucho por nosotros, con lo que creían que ya no íbamos a ir.
Empezamos
directamente con un seminario en el cual Dios utilizó a mi esposa Jane para
animar a la gente con la palabra de Dios. Las personas comentaban que Dios los
había visitado por vez primera, especialmente cuando vieron a una mujer predicando
el Evangelio.
El Domingo,
el poder de Dios se desató y se liberaron demonios de un hombre. Eran algo
violentos y toda la iglesia se conmocionó, pero a medida que los reprendía,
decían que eran numerosos. Los expulsé a todos de inmediato en el poderoso
nombre de Nuestro Señor Jesús, y el hombre fue instantáneamente liberado. Los
pastores alabaron a Dios tanto que vieron que la gente se llenaba con el poder
del Espíritu Santo por primera vez y otros más eran liberados del poder de
Satanás.
A la noche,
la gente corría a la cruzada cantando y batiendo los tambores por Jesús, en el
camino al mercado. Prediqué hasta que casi me quedo sin voz -ya que no había
equipo de sonido. El Señor honró nuestra lucha para alcanzar a esta gente, ya
que 31 personas avanzaron por salvación y liberación.
Al día
siguiente, tuvimos que retornar en un camión que transportaba madera a Uganda,
ya que no había medios de transporte. Era muy peligroso, ya que el conductor
estaba borracho y los caminos son empinados en medio de montañas. Llegamos a la
frontera en oración.
Dios estaba
con nosotros y llegamos a Lira, cansados y débiles, pero con mucho para
agradecer a Dios y a ustedes que hicieron tan exitosa esta misión.
Gracias a
Dios y a la gente de DCI por esta oportunidad de ministrar entre los pobres de
Sudán. Los encontramos desesperados por reavivamiento y el Evangelio. Han
sufrido debido a la guerra, que duró por 21 años. Las personas siempre están
tratando de retornar a sus hogares, destruidos por la guerra. Las iglesias fueron
destruidas por árabes musulmanes que usan los mismos ladrillos para levantar
sus mezquitas.
Literalmente,
no hay comida, y el poco dinero que tenía lo usé para alimentar a esta gente.
Por eso tuve que acortar mi estadía, por falta de alimento. Estas personas
están empezando una nueva vida de cero.
Mi esposa
Jane se reunió con unas mujeres, quienes le pidieron que volviera con semillas
de arroz, tomate y cebolla, y con herramientas para huerta, ya que no pueden
comprar nada pues los precios son muy elevados. Les pidieron que las
capacitaran en costurería y tejido, pero especialmente se mostraron interesadas
en un proyecto de crianza de cabras.
Los
pastores me dijeron que hay 12 personas capacitándose en temas bíblicos y que
me estaban esperando con los materiales de DCI. Tienen unas 50 personas más
capacitándose en las lenguas del lugar.
Necesitan
una sierra mecánica para cortar árboles que han crecido excesivamente mientras
la gente estaba en los campos de refugiados. La demanda de madera es muy alta
ahora en Sudán y Uganda, con lo que esto puede ayudarles a recaudar algo de
dinero para el Evangelio y ayudarles, asimismo, a empezar una nueva vida. Todo
este tiempo, sentimos que podíamos empezar un Banco para los Pobres con la
cabras, sierras, semillas y herramientas. El riesgo es que dado que hay tanta
pobreza y hambre, las personas utilicen el dinero para alimentarse en lugar de
para multiplicarlo.
40 cabras a
20,000 chelines ugandeses ($8.00) cada una como mínimo = $325, y les daríamos las cabras como
préstamo. Cuando las cabras dan a luz a las dos primeras crías, una es
entregada a un vecino y una es enviada al centro común, donde se crían y
entregan a la próxima familia en el listado.
4 máquinas
de coser a 200,000 chelines ugandeses ($90.00) como mínimo = $350. Si fuera posible, les
compraríamos herramientas de huerta y semillas a 5,000/= ($2.25) cada
herramienta -es decir, 40 herramientas
= $90 y semillas a alrededor de $45.
Acerca de
los materiales de DCI y la capacitación bíblica, ya tengo los materiales
bajados en inglés pero necesito producir este material en forma de libro y
llevarlo a Sudán. El costo total ascendería a $ 400.
Creo que
debo volver a Sudán para lanzar el Banco para los Pobres y la capacitación pero
sé que ustedes puede que no cuenten con ese dinero, por lo que esperaré hasta
que el Señor provea. Hagamos lo poco que podamos, que Dios bendecirá la semilla
ya sembrada en Sudán por Cristo.
Pastor
Jorge Purkweri de Uganda
Lira.
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