Nuestra sociedad moderna, culta, progresista y
secularizada tiene una capacidad innata para elaborar conceptos y
términos que amortiguan y adormecen la conciencia para
justificar la inmoralidad del hombre. De esa forma para no hablar
de fornicación se acuña el término "parejas de
hecho".
En la práctica las parejas de hecho son
dos personas que sin casarse deciden vivir juntos, quieren probar
el deleite de formar una familia pero sin el compromiso permanente
por si las cosas salen mal. De esa forma evitan la responsabilidad
propia de un hogar sólido, dan lugar a los caprichosos
cambios de sentimientos hacia la otra persona y siempre
están a tiempo de decidir legalizar su situación.
El culto al placer inmediato, el mínimo
esfuerzo ante las adversidades y la falta de sacrificio frente a
los desafíos que toda convivencia enfrenta, así como
la permisividad que nos invade y las leyes que animan estas
prácticas hacen que "la fornicación", perdón,
"las parejas de hecho", ofrezca un verdadero atractivo sobre muchas
parejas de novios que se preguntan por qué esperar si
podemos disfrutar a pleno rendimiento aquí y ahora.
El apóstol Pablo dijo: "No os engañéis; Dios no puede ser burlado, todo
lo que el hombre sembrare, eso también segará"
(Gálatas).
Los efectos secundarios llegan
inexorablemente, y así tenemos que un porcentaje mayoritario
de mujeres maltratadas son producto de las llamadas "parejas de
hecho".
Y Jesús nos dijo: "No será
así entre vosotros", sino que "el hombre
dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer,
y los dos serán una sola carne; así que no son ya mas
dos, sino uno" (Marcos, 10).
Quiero hacer el énfasis en la
expresión: "Se unirá a su mujer", es decir,
formará una familia, hará un pacto con su
cónyuge y ambos formarán una unidad indisoluble
para realizar el propósito de Dios con sus vidas. Esta
unidad familiar trae estabilidad a la sociedad y los hijos
tendrán un hogar donde madurar en un ambiente de orden,
esfuerzo mutuo y fidelidad al pacto matrimonial. Sin embargo, en
nuestro país tenemos hoy mas de la mitad de los hijos
nacidos de fornicación como consecuencia de las relaciones
prematrimoniales y las parejas de hecho, ese desorden
afectará a la próxima generación con una
sangría de falta de valores que hace prever un futuro
desolador.
Si tu has venido a Cristo en esa
situación, como pareja de hecho, quiero que sepas que es un
desorden que debe ser abordado, no puedes seguir viviendo en
fornicación, debes renunciar a ello y poner nuevos
principios y bases en tu vida según el orden de Dios. Las
cosas viejas pasaron... Jesús le dijo a la mujer
adúltera: "Vete y no peques más".
El punto de vista sobre este tema tiene su base en los
principios del Reino de Dios, sobre el
fundamento de las Sagradas Escrituras, tal y como lo entiende el
autor, haciéndose responsable único de aquellos aspectos en los
cuales haya otras interpretaciones; y va dirigido en primer lugar a
todos aquellos creyentes, nacidos de nuevo, y que forman parte del
Cuerpo de Cristo.
Haga un clic aquí para escribir al autor:
Pastor Virgilio Zaballos
Volver a la pagina del Pastor
Volver al Diario Misionero
|