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29. Los Enemigos

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Éxodo 23:4

Memoriza este versículo

Proverbios 25:21 ‘Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed dale de beber’

Discusión posterior a la lectura

¿Cómo podemos poner en práctica el mandato de compartir con nuestros enemigos?

Asignación previa al siguiente encuentro

si es posible, busca a alguien que te haya creado problemas en el pasado o que se te oponga hoy de alguna manera, y procura convertirte en una bendición para él/ella.

Trabajo escrito para obtener el diploma

escribe en una carilla cómo crees que al siendo generoso con tu enemigo fortalece la predicación del evangelio para con los mismos.

Medita cuidadosamente en cada una de las palabras de este versículo

Lucas 6:35

 

 

Existe un área más a considerar a la hora de decidir a quienes apoyar financieramente.  Esta área pareciera ser más una excepción que una norma y consiste en invertir en nuestros enemigos o en quienes nos creen oposición.  Como cristianos no debiéramos tener enemigos, sin embargo siempre existirán aquellos que se opongan a nosotros, de la misma manera que hubieron quienes se opusieron en contra del mensaje de Jesús.  Pareciera que a través de nuestras dádivas y generosidad podemos convertir esos enemigos en amigos y ganarlos para Jesús al quebrar su resistencia y oposición con actos de amor y generosidad similar a los de Jesús.

El primer ejemplo bíblico de generosidad hacia aquellos que nos oponen se encuentra en el capítulo 26 de Génesis que registra la historia de Isaac.  Isaac era un hombre que caminaba en las bendiciones de Dios, el versículo 12 muestra que no sólo él cosechaba lo que sembraba cien veces más abundantemente, sino que era prosperado en un momento en el que había una gran hambruna en la tierra.

En los versículos 19-21 Isaac experimenta una gran oposición por parte de los ganaderos de Gerar y dos veces al intentar excavar un pozo para extraer agua, ellos no sólo disputaron con él, sino que se le opusieron abiertamente.

Sin embargo Abimelec, quien reinaba sobre Gerar, vino a pactar con  Isaac quien no sólo no muestra rastro alguno de amargura sino que les prepara un banquete y los envía al día siguiente de regreso.  Tal vez si Isaac hubiese de seguir siendo prosperado, entonces debía extender su generosidad hacia sus enemigos.

A medida que continuamos leyendo en Génesis, encontramos otra persona que caminó en las bendiciones del Señor y que también fue generoso con quienes se le opusieron, ese fue José.  La historia de José es una de las historias más bellas de la Biblia.  Los hermanos de José tuvieron celos de él y lo vendieron como esclavo.

José va desde recibir un sueño personal que Dios mismo le revela hasta caer en la esclavitud en un país extranjero.  José tuvo muchas razonas por las cuales vivir amargado y albergando resentimiento contra sus hermanos, pero como habremos de ver, eligió perdonarlos y ofrecerles su generosidad como respuesta aun cuando lo habían odiado.

Esta claro que ¡no es posible quebrar a un hombre noble!  Cuando alguien es bendecido por el todopoderoso Dios nunca podrá ser abatido y habrá de prosperar aun en las circunstancias más desfavorables.  Por intervención divina y de manera maravillosa José sale de la cárcel en Egipto para convertirse en el segundo hombre más poderoso de toda la nación.  Más adelante José habría de reencontrarse con sus hermanos, quienes no logran reconocerlo, y aun cuando podría tomar revancha por lo que ellos le han causado, él decide mostrarles el espíritu de Cristo.

En Génesis 45:1-11 lo vemos postrándose a fin de proveer para las necesidades de todos sus hermanos y en Génesis 50:19-20 él reafirma su voto de compromiso para con ellos.  Ambos, Isaac y José, son dos personajes bíblicos del Antiguo Testamento quienes no sólo caminaron en el favor y prosperidad del Señor, sino que mostraron un espíritu dadivoso hacia quienes les crearon oposición.

Al introducirse la ley, entonces aparece el mandato por el cual la bondad debe extenderse aun a los enemigos.  Ver Éxodo 23:4 y Proverbios 25:21 ‘Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer, si tiene sed, dale de beber.  Al hacer esto, estarás apilando tizones ardientes sobre su cabeza, y el Señor te recompensara’.)

Note que el versículo anterior indica que Dios habrá de RECOMPENSAR a aquellos que son generosos con sus enemigos a medida que damos en favor de la obra de Dios.

La Biblia nos dice que recibiremos una recompensa – aun cuando los beneficiarios sean nuestros enemigos!  Pablo luego habrá de aplicar la cita que se registra en el libro de Proverbios cuando escribe su carta a los Romanos (ver Romanos 12:20) al decirles que parte de nuestro testimonio hacia los que todavía no han sido salvados incluye nuestra dadivosidad; y les recuerda que cómo al hacer el bien y al dar a nuestros enemigos podemos ganarlos como amigos y hacerlos amigos de Jesús.

Aun más, en el evangelio de Lucas, Jesús mismo enseña amor y dadivosidad de una manera práctica, en Lucas 6:27-36 vemos que aquellos que expresan el verdadero amor de Dios para con sus enemigos habrán de prestarles dinero sin esperar nada a cambio.  Avanzando en el mismo libro, encontramos en Lucas 10:30 la conocida “Parábola del Buen Samaritano”.  Nuevamente Jesús habla acerca del amor que sus seguidores debieran mostrar por sus enemigos – ¿Has acaso tomado en consideración que el Buen Samaritano no sólo paga al posadero dos monedas de plata, sino que además está dispuesto a hacerse cargo de otros posibles gastos si los hubiese?– (versículo 35).

Ciertamente ayudar económicamente a nuestros enemigos puede convertirse en un arma poderosa en nuestro evangelismo cuando nos enfrentamos a grupos hostiles a medida que el evangelio va hasta los confines más remotos de la tierra.  Tal y como fuera indicado al principio de esta sección, pareciera que este principio se trata más bien de una excepción que de una norma.  De manera que hoy podemos preguntarnos ¿Qué aplicabilidad tiene este mensaje para nosotros?

Podemos concluir que, la base sobre la cual debemos decidir a quiénes dar es la de que toda nuestra actividad tiene que tener en mente el propósito misionero de salvar del infierno a hombre y mujeres; y que no debiéramos invertir en donde no se estén produciendo frutos para el reino de Dios.

Consecuentemente, una aplicación evidente de lo que se ha visto hasta ahora sería la de apoyar a un misionero que trabaja para un grupo humano diferente al suyo, en tierras lejanas, en las que el evangelio no ha penetrado aun y en la que exista feroz oposición al mismo.

Podrías ayudar a este misionero para que así pudiese proveer medicinas y alimentosa los necesitados (en caso de que hubieses hambruna), o dificultades serias en donde le toque trabajar.

Este acto de amor podría derretir los corazones de quienes hubiesen puesto oposición, y por consecuencia se produciría una apertura en muchas de las naciones del Norte de África y en el Medio Oriente donde el fanatismo no deja penetrar un rayo de luz.  Proveer a la población de ayuda y con alimentos podría ser un factor indiscutible que promueva la predicación del evangelio.

 

 

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